La Consultoría de Procesos o Desarrollo Organizacional

La consultoría de procesos, o de desarrollo organizacional, es un proceso de asesoramiento y acompañamiento de una organización por parte de un consultor, con el objetivo de que la organización encuentre por sí misma y en sí misma las respuestas a las cuestiones que le preocupan en un momento puntual.
El uso del término "consultoría" para referirse a este tipo de asesoramiento y acompañamiento suele crear ciertas confusiones entre la consultoría de procesos y lo que se denomina las consultorías técnicas:


             Consultoría de Procesos vs. Consultorías Técnicas

 

A diferencia de las consultorías técnicas (fiscal, jurídica, laboral, tecnológica, etc.), la consultoría de procesos:
  • Involucra al cliente desde el principio en el proyecto de consultoría: “las soluciones se cocinan en casa del cliente y con el cliente; no hay catering ni delivery”.
  • Se centra en los problemas que aún quedan sin resolver una vez se han solventado los problemas técnicos, puesto que está enfocada en los procesos humanos, que son el auténtico centro del engranaje de cualquier organización.
  • Contribuye a desarrollar y activar los talentos y energías latentes dentro de la organización.
  • Con frecuencia, debe poner especial énfasis en lo que Robert Marshak denomina "Procesos Ocultos" (Marshak, 2006), permanentemente activos y poderosamente influyentes en la dinámica de una organización.
  • Es multidisciplinar. Los consultores de procesos necesitan tener una formación y experiencia que incluya un amplio abanico de áreas, como Gestión Empresarial, Márketing, Sociología, Psicología, Dinámica de Grupos, Semiótica, Pensamiento Oriental, Arte Dramático, Interiorismo, Pedagogía, entre otras. 
Desde esta perspectiva,  la consultoría de procesos puede ser entendida como coaching organizacional, quizá con un grado de implicación de los consultores en el proceso mayor del que se produce en el coaching individual o ejecutivo. Los consultores de procesos colaboran con las organizaciones clientes desde el primer minuto en su proceso de cambio.
 

Lo más apasionante y, a la vez, lo más complicado de la consultoría de procesos reside en el hecho de que los consultores colaboran con los miembros de una organización para que la organización encuentre en ella misma, y no en los consultores, las soluciones a los problemas que más les preocupan. Este trabajo, además, debe hacerse de manera que si vuelven a surgir los mismos problemas o problemas similares, los miembros de la organización no necesiten acudir de nuevo a los consultores. Nuestro objetivo final como consultores es, pues, llegar lo antes posible al punto en que nuestro cliente no necesite más de nuestros servicios o, como refleja muy bien la expresión en inglés, work ourselves out of the job.


El consultor puede introducir en la organización instrumentos y recursos que ayuden a ésta a activar energías que están ya en la propia organización, pero todavía sin utilizar. En última instancia, es la propia organización la que debe tomar la decisión de hacer o no el esfuerzo para encontrar en su propio sistema las respuestas que le faltan, porque nadie conoce la organización mejor que ella misma. En ese proceso, un consultor organizacional aporta, entre otras cosas, un proceso IN & OUT de observación e intervención que le permite, por una parte, ver cosas que están en el sistema de la organización, pero que sus miembros no pueden ver porque están demasiado cerca y, por otra, ayudarles a diseñar e implementar sus propios cambios.

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