Los planetas como símbolos de energías internas y externas

Los planetas representan, simbolizan, se corresponden con energías dentro y fuera de nosotros. Son "lo que hacemos". Los signos representan las diferentes formas en que vivimos, utilizamos esas energías, y las casas de nuestra carta son los ámbitos de nuestra vida en los que esas energías se manifiestan. 

Los planetas son el QUÉ, los signos el CÓMO, y las casas el DÓNDE.

Según Robert Hand, los PLANETAS representan las ENERGÍAS que utilizamos para enfrentarnos a un determinado conjunto de circunstancias. Así, por ejemplo, algunas de las energías representadas por cada planeta serían las siguientes (estas son solo algunos ejemplos; cada planeta representa una realidad más compleja y rica de la que incluyo en esta introducción):






Un nivel de nuestra relación con esas energías se puede entender como un proceso de evolución vital, desde la infancia hasta la muerte.

En líneas generales, sería algo similar a lo siguiente:

* El SOL, la energía que hace posible todo lo demás, el elemento fecundador de la LUNA, que recibe su energía y le da forma. Ambos son el origen y están siempre en nosotros. Nos dan, además, lo consciente y lo inconsciente.

MERCURIO, VENUS, MARTE: planetas interiores o personales

* En el momento de la diferenciación entre el yo y el objeto, surge la necesidad y la capacidad de salvar esa distancia, de comunicar: esto es MERCURIO. Lo aprendemos enseguida y se queda para siempre con nosotros porque lo estamos utilizando constantemente, sin interrupción.

* VENUS es la belleza armónica de las relaciones, la capacidad creativa física y el amor, sin el cual la comunicación es puramente funcional. Venus es el amor, la expresión no verbal de la verdad. Es también el principio femenino creador en nosotros.

MARTE es nuestra asertividad, nuestra capacidad de mantener nuestra individualidad. Es muy necesario a medida que nos vamos exponiendo a más mundo exterior. Es nuestro escudo para proteger lo anterior y hacerlo posible. Es el guerrero de nuestro ego.

                                                             

JÚPITER, SATURNO: planetas sociales

* Una vez creadas las bases: diferenciación, polaridad consciente-subconsciente, capacidad de comunicación, capacidad de amar y capacidad de proteger todo esto, llega la expansión, el aprendizaje, la tarea de absorber el mundo: JÚPITER.

* Absorber el mundo y ser absorbidos por él, y limitados en nuestra expansión: SATURNO. Júpiter nos lleva al mundo y Saturno nos atrapa en él para que creemos una estructura que nos sirva de base.

                              

URANO, NEPTUNO, PLUTÓN: planetas exteriores o trascendentes

* URANO destruye precisamente esa estructura, totalmente o en parte; destruye la rigidez, lo que no necesitamos, de aquello construido con la energía de Saturno. Urano es el comienzo de varias crisis, entre ellas la llamada crisis de la mediana edad, en la que nuestro auténtico yo asoma para hacernos crecer más, y de forma más auténtica.

* NEPTUNO nos lleva al desapego, al comienzo de la trascendencia, a necesitar y querer tomar contacto con aquello que está más allá de lo tangible, de lo perteneciente al mundo terrenal de Saturno.

* PLUTÓN acaba para siempre con lo caduco, lo tóxico de lo más profundo de nuestro subconsciente. Plutón nos trae la muerte psíquica previa al renacimiento a una nueva etapa de nuestra vida.


Si todo en el universo está formado por las mismas energías, tiene sentido que lo que se manifiesta dentro de nosotros y fuera de nosotros coincidan. Eso es la SINCRONICIDAD. Las posiciones de los planetas en cada momento (natal, tránsitos, progresiones) nos sirven de indicadores de lo que puede estar sucediendo fuera de nosotros y dentro de nosotros. De ahí que "como arriba, así abajo":

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