Una lectura liberadora


Ellen J. Langer es profesora de psicología en Harvard y pintora. De las vivencias e investigaciones provenientes de ese doble perfil procede el material que presenta en este libro: La creatividad consciente: De cómo reinventarse mediante la práctica del arte, traducción de On becoming an artist: Reinventing yourself through mindful creativity.

Uno de los temas que aborda es el de los bloqueos que nosotros mismos nos creamos como consecuencia de haber asimilado feedback negativo procedente de diferentes capas de nuestro entorno. Ese feedback negativo acaba convirtiéndose en creencias sobre nosotros mismos con las que podemos llegar a vivir mucho tiempo sin revisarlas ni cuestionarlas, y que se interponen en nuestros propios anhelos y esfuerzos por desarrollar nuestra creatividad:
 Hay bloqueos que son resultado de constructos sociales y que nos impiden llegar a vivir nuestro yo creativo
La Dra. Langer enfatiza lo importante que es que lleguemos a ser conscientes de cuáles son esos constructos, qué forma han adquirido en nuestro sistema de creencias interiorizado y cómo obstaculizan nuestro acceso a nuestra propia creatividad. Parte del trabajo de base en la formación de actores es aprender a levantar mentalmente lo que se denomina la cuarta pared entre el escenario y el público, para poder desprenderse del miedo a ser observados y poder sumergirse en el aquí y el ahora de la escena, y quedarse en ella. 
Leer este libro ayuda enormemente a darse cuenta de hasta qué punto hemos asimilado uno de los efectos perniciosos de la exposición prolongada a feedback negativo, como es la tendencia casi automática a evaluar, comparar, criticar, rechazar el propio trabajo o el trabajo de otros o ambos, en lugar de apreciar, compartir, celebrar, acoger con optimismo y empatía lo que hacemos nosotros mismos y lo que hacen los demás:
Nuestra cultura nos lleva a evaluar casi todo lo que hacemos. Ponemos nuestra atención en el producto final y juzgamos si es o no ‘creativo’ sin considerar si fue creado por una persona conectada con su propia experiencia creadora. Separamos el producto de la experiencia de crearlo
Esta tendencia tiene componentes culturales y puede variar también en función de diferencias individuales, como pueden ser las preferencias Sensor / iNtuitive o incluso Judging / Perceiving pero, en cualquier caso, una vez interiorizada, puede llegar a tener un efecto paralizante y poco constructivo. 
Cambiar este hábito es, ciertamente, una cuestión de elección y de reprogramación, para llegar a reconectar con lo que hacemos y con la forma en que lo hacemos:
Un compromiso completo y creativo con todo lo que hacemos es la respuesta natural a nuestro mundo (...) Si abordamos de forma creativa la oportunidad que se nos presente, experimentaremos esa sensación de compromiso.
La reconexión con lo que hacemos cuando lo abordamos de forma creativa sería, pues, un camino hacia la reconexión con nosotros mismos, con nuestro mundo interior. Con todo ello experimentaríamos, según la profesora Langer, un aumento de nuestro bienestar:
Mis investigaciones revelan que una mayor conexión de la persona consigo misma da como resultado un aumento en salud y longevidad, felicidad, creatividad, carisma, y le hace sentirse más satisfecha con su trabajo, entre otras cosas.
Así pues, cultivar la reconexión interior, la capacidad de estar presentes enteramente en lo que hacemos, en el momento en que lo hacemos, y también conectados con la forma en que lo hacemos, sería el tesoro escondido tras el obstáculo que supone tener que hacer el trabajo necesario para liberarnos de filtros y bloqueos adquiridos que poco o nada nos aportan.
Solo tenemos que permitirnos estar en el momento presente, y cuando lo conseguimos, accedemos a nuestro auténtico yo, natural y creativo

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